Cataluña ya se ha independizado y no nos hemos dado cuenta, por @LagartijaSoy

LagartijaSoy.- Cataluña ya se ha independizado de España. Ocurrió el pasado 1 de octubre, momento en que comenzaron la rebelión sin que nadie se lo impidiera. Y la rebelión ha tenido éxito gracias a que el Estado retrocedía a cada paso que ellos avanzaban, y así, paso a paso y retroceso a retroceso, han conquistado nuestro territorio.

Desde el domingo pasado, Cataluña es como el Far West, un lugar sin ley ni gobierno, en manos de una suerte de caciques que pastorean por la zona gracias a que un grupo de servidores del orden se ha convertido en mercenarios a su servicio. Y por todos los pueblos de aquel  inhóspito y peligroso territorio han surgido grupos de bandoleros, dispuestos a cualquier cosa.

Mientras tanto, la población civil, inocente, se encuentra secuestrada en su propia tierra. Los caciques totalitarios han sembrado el terror y han aniquilado la convivencia a golpe de sedición. Esos matones han derrumbado la Constitución que nos cobijaba, han borrado de los espacios comunes las garantías democráticas, y están a punto de establecer un régimen dictatorial, como llevan años anunciando.  

Y no ha ocurrido de improviso, ni podemos hacernos de nuevas. Han sido años de pequeños avances en los que iban cercenando derechos, y el Estado permitiéndolo, y todos sabemos que cuando el Estado, el Gobierno, está ausente, los malas campan a sus anchas y ocupan los espacios que los políticos han cedido. 

Llevamos mucho tiempo de desgobierno; ni siquiera el domingo o estos últimos días se ha reaccionado. Nadie reacciona a los delitos que, de un modo descarado, se vienen cometiendo desde entonces: rebelión, sedición, golpismo, alteración del orden público, acoso a los ciudadanos, violencia contra bienes y personas, ofensa a los símbolos de la Nación, acoso a las Fuerzas del Orden… Y nadie hace nada. El gobierno, que tenía y tiene la obligación de impedirlo, se muestra a la vez traidor y cobarde. Sólo una justicia dudosa da pequeños e inútiles pasos que no logran frenar el avance de los que viven en el delito permanente desde hace varios días.

En Cataluña no hay ahora mismo gobierno alguno. Ni ley. Ni fuerzas del orden. Ni sensatez. La locura se ha instalado en unos políticos tan delirantes como malvados, que viven su peculiar película de indios y vaqueros. Ya es demasiado tarde, y esto va a terminar mal.